Educación Diabetológica, recursos de educación para la vida
Toñy Castillo.
Directora Asesoría Psicopedagógica Dra
Castillo
La educación es el pilar donde se interiorizaran los aprendizajes
significativos y estos vendrán condicionados por la actitud delante del proceso.
Las personas transportamos toda
aquellas informaciones que consideramos importante en nuestro hacer cotidiano y
ellas se aplicarán o no, en función de
nuestro sistema de necesidades.
Hoy deseo centrarme en la Educación Diabetológica ,
como primera necesidad para todas aquellas personas que padecen esta condición
y en el hecho educativo, como base de normalización.
La educación para la salud es: la
educación para y por la vida. Es algo más que educación de supervivencia.
Educar en salud es la esencia del
tratamiento terapéutico de la diabetes. No es suficiente con introducir dietas,
comentar a la persona afectada la necesidad del ejercicio físico y los
fármacos: es necesario, básico e imprescindible educar al paciente sobre su
patología y motivarlo para que adquiera protagonismo sobre su auto cuidado.
Al hablar de diabetes tomaremos en consideración que es en primer lugar
una condición de vida crónica, en la cual las personas han de conocer técnicas
que van desde el autocontrol a la dieta alimenticia, desde el manejo de fármacos a la auto inyección sin
obviar los aspectos de higiene, entre otros. Dada la casuística de la diabetes,
el éxito de una situación normalizada delante de ella, está en manos de los
propios afectados y del seguimiento de todas las indicaciones expuestas por los
profesionales especializados, y si es
bien cierto esto, ¿no sería bien cierto que estas personas necesitan educadores
terapéuticos, especializados en educación en diabetes que ayuden a conseguir grados óptimos de
normalización?
El tratamiento diabetológico se
ha de contemplar como un acercamiento a los pacientes, haciéndose imprescindible la formación
continua a lo largo de la existencia y esta, ha de comportar el seguimiento en
las nuevas situaciones que se irán produciendo por cambios vitales, no podemos
eludir que al completar la formación inicial es necesario seguir informando,
dando apoyo que evite el conformismo y el desanimo, por otro lado, hemos de
considerar que pueden haber conocimientos
que se han de renovar, nuevos métodos
procedimentales o simplemente, recordar
o incorporar registros en la formación continua y para todo ello, la figura del
Educador/a se hace necesaria.
Entonces yo me preguntó:
¿Si la educación para la vida es la base del
tratamiento en Educación Diabetológica por que no se fomenta la especialización
y la creación de puestos de trabajo de
educadores en diabetes?
No podemos hablar de prevención sin ayudar a prevenir por falta de
recursos personales. Hablar de educación en diabetes es en primer lugar formar,
fomentar e incentivar la especialización
en educadores para la misma, si hablamos de educar para la salud dotemos
de especialistas para ella. Sí, a la
educación por la salud y la vida. Sí, a la Educación Diabetológica
responsable.
Educar en salud. EDUCANDO JUNTOS
Toñy Castillo. Directora Asesoría Psicopedagógica Dra Castillo
La educación integral de las personas ha de
constituir una de las mayores preocupaciones de gobiernos e instituciones ya
que el derecho a una vida digna se inicia por una mayor calidad de vida abarcando
términos de salud y educación. Entendiendo
por salud, algo más que la ausencia de
enfermedades, sino el estado completo de bienestar físico, mental y social.
La
promoción de la salud ha de estar orientada a la adquisición de conocimientos y
habilidades que potencien buenas actitudes, desarrollando entornos de praxis
que ayuden a la responsabilidad, adaptación y autonomía frente a la prevención
de posibles trastornos y enfermedades. En el caso de diabetes, la educación
diabetológica se hace terapéutica siendo
elemento básico que conllevará a la interiorización de aprendizajes y su significación y de ello,
dependerá el mayor o menor grado de adherencia al tratamiento de la persona con
diabetes.
El niño, la niña, durante su desarrollo presenta una serie de
necesidades que deben ir cubriéndose durante su infancia y adolescencia, ya que
una situación de carencia de las mismas, puede dar lugar a una larga lista de
problemáticas asociadas. El miedo a los tratamientos, puede influir en el
estado anímico del menor pudiéndose producir situaciones de abandono de si
mismo, aislamiento y perdida de significado entre otros.
Para
reducir los efectos producidos por situaciones de carencia se han de contemplar
una serie de factores que inciden en la
reducción de los efectos negativos de la
perdida de normalidad, diseñando intervenciones que engloben dimensiones
sanitarias, psicológicas y educativas, a la vez que, manteniendo estrategias y comportamientos que apoyen y faciliten en
procesos de enfermedad, aguda, crónica o terminal, tales como la escucha
reflexiva, presencia silenciosa y dotar de un espacio al menor de cuidados que
dote de seguridad y afecto su cotidianidad siendo el dialogo y la comunicación elementos
que potenciaran el sentirse acompañados pudiendo verse reflejado en una
mayor autoestima.
Hoy
hablaremos de una herramienta para los más pequeños la cuentoterapia como material clave en la educación
terapéutica y que pretende ser un acercamiento a los conceptos de educación
integral y promoción de la salud. En ella se crean se presentan situaciones de identificación mediante la
empatia, con los personajes y el reflejo
en el espejo donde el compartir historias inmersa a los más pequeños en su
propia realidad.
Desde estas líneas se considera de gran
importancia el valor educativo que los cuentos terapéuticos ejercen sobre los
niños y niñas y sobre los niveles de influencia de estos en el bienestar emocional.
Los cuentos pueden ser una herramienta para trabajar y ofrecer normalidad a la
condición de persona con diabetes ya que partimos de la identificación para
llegar a adquirir conocimientos que impliquen su propio autocuidado
Al hablar
de cuentoterapia deberiamos remontarnos a la necesidad de toda persona a
sentirse considerado y formando parte de un espacio donde, la empatia y la
comprensión se una a una actitud que comporte el reconocimiento de todas y cada
una de las personas. Donde una historia implique el sentirse incluido en la enciclopedia de la
vida.
Educar en salud. EDUCANDO JUNTOS
Orientaciones
educativas. Educar en tiempos de crisis familiar
Al hablar de educación en sentido amplio, nos referimos a un proceso continuo de adaptación, interiorización y aplicación de conocimientos, pautas y valores necesarios para el individuo. Si bien es cierto que no educamos en exclusividad esta es responsable de los padres.
Consejos educativos en situaciones de crisis de parejas con respecto a los hijos:
Es importante hacerlo desde la sinceridad, y orientando la situación hacia una reorganización saludable de la convivencia. Los padres seguirán siendo sus padres y su seguridad ha de estar salvaguardada, a los hijos, se les ha de explicar que si bien un día tomaron la decisión de vivir juntos, ahora, la han tomado de vivir separados pero que eso no afecta al cariño que sienten por ellos, que ese sentimiento no implica en la casa que viva.
Resaltar la decisión de los padres evitando los posibles sentimientos de culpabilidad de los hijos. Ellos no son la causa y hemos de velar por su equilibrio y estabilidad delante de su entorno inmediato. Los hijos han de estar fuera de todo el proceso del conflicto, no han de ser parte activa en ellos ni han de ser utilizados como parte de situaciones en crisis. De esta manera evitaremos situaciones de angustias y estrés que pudiera conllevar situaciones de riesgo emocionales añadidas.
Hemos de preocupar no derivar nuestros conflictos, ansiedades y culpabilidades hacia nuestros hijos enfrentándolos hacia uno u otro de los conyugues, esto influye en la percepción que pudiera tener hacia uno de sus progenitores y es contraproducente para su estado de salud mental. Los padres han de intentar mantener el respeto hacia los hijos manteniendo el respeto entre ellos, y redefiniendo la convivencia por separado de manera armónica por el bienestar de sus hijos.
Se les ha de exponer cuando estarán con cada uno de ellos creando normalización y tranquilidad en ellos y no abocando egoísmos y conflictos innecesarios.
Siendo importante acompañarlos en el duelo que cada separación comporta y en el proceso hacia una situación donde se puedan sentir confiados y a salvo de perdidas de cariño. Ayudándoles en la nueva reorganización espacial, el como organizar su nueva habitación, sus libros sus pertenencias con espacios tanto en casa del padre como de la madre para afianzar este nuevo ciclo en su vida.
Se trata de dotar de un clima de familiaridad y respeto por las particularidades de cada uno de los padres, favoreciendo la de pertenencia e identidad, fomentando el dialogo respondiéndoles a sus inquietudes estableciendo las pautas a seguir, intereses a compartir en el proceso de adaptación y acomodación, este, se irá revisando, y ajustando respetando la diversidad de opiniones y sentimientos, sin desautorizaciones en beneficio de la estabilidad de todas la familia junta o separada y la necesidad de convivencia en paz.
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